En su más reciente artículo de opinión, el dirigente nacional de Soluciones llamó a atender con urgencia esta problemática.

SALARIOS IGUAL A HAMBRE Y MISERIA

Estos son partes de los problemas que vivimos los venezolanos, y tienen su origen en la misma causa, las malas decisiones económicas  que se toman en el ejercicio del gobierno; en Venezuela todas las manifestaciones sobre la crisis tienen el mismo origen, la crisis del socialismo ortodoxo, socialismo comunitario o comunismo, y lamentablemente no se resolverán si ese modelo continúa.  

El gobierno en su afán de darle un barniz de tranquilidad a  la situación de hambre se invento la bolsa CLAP, que no es mas que unas migajas de alimentos que no alcanza para alimentar a una familia promedio de venezolanos que se estima sea de 4 personas . En estas semanas, por ejemplo, me imagino que debido a la proximidad de la semana mayor harán el ofrecimiento de incorporar a las bolsas el pescado, con lo que reconocen que, el pueblo de a pie no lo pueden comprar, y por ende no lo están consumiendo. La diferencia con el tiempo de la tan “maluca” 4ta republica, a este tiempo de revolución socialista, es básico,  usted compraba el mercado y en él todos los productos que hoy no puede comprar; el salario le alcanzaba para hacerlo; de hecho, si usted veía a su vecino adelgazar, la razón era de salud, pero jamás por desnutrición. Nadie moría de hambre, se hablaba de pobreza, pero en realidad el venezolano conoció la pobreza extrema es con este modelo económico socialista revolucionario. ¿Cómo puede lograr vivir quien no tiene nada para vivir? La pobreza extrema nos llegó en tiempos de revolución.

La revolución habla de igualdad, pero realmente promueve el igualitarismo, que es diferente, acudiendo a el principio marxista que señala: que para tener igualdad social debe tenerse igualdad económica, en pocas palabras, todos debemos ganar lo mismo; credo que no practican ellos por cierto. Para lograr ese propósito, acaban con los empleadores, que son los empresarios. Con la inflación y la devaluación logran que la gente abandone el sector público, y de esta forma nos llevan a los famosos bonos cobrados en una tarjeta.

Liquidaron, acabaron, pulverizaron la seguridad social de los venezolanos y la previsión social. Todos quedaron en el mismo sistema de los bonos, que son muchos,pero igual de hambreadores, con el único fin de dominar a la sociedad y crear las condiciones de pobreza para que dependan del gobierno y no de sus propias capacidades para crear prosperidad.

¿Cómo creas prosperidad en un país donde no hay sistema bancario?

No hay créditos ¿cómo una pareja de  jóvenes profesionales  se muda a un apartamento propio si aquí dejó de existir desde hace mucho tiempo los créditos hipotecarios?, y mucho menos comprarlo en base a los ahorros cuando tenemos el salario más bajo de la región; es mas que claro  que el propósito sigue siendo llevar al ciudadano al sistema de racionamiento de bonos.

El más palpable ejemplo es cuando usted compra una bolsa de CLAP, (porque hay que comprarla, eso de que es regalada no es verdad) usted está comprando,al final lo que otro decide que debe comer, y no lo quiera o le provoque, quitandole con esto la autonomía de decidir como y con que se alimenta.

Aunado a eso la hiperinflación es estratosférica. Una interrogante que  llama a la reflexión: ¿Cómo es eso de que nuestra moneda nacional es el bolívar, pero por ejemplo en estados como Táchira, Zulia, Apure y Amazonas  imperan el peso colombiano, como moneda comercial? ¿Y en el resto del país el dólar “gringo”, el euro, el yen, entre otras monedas extranjeras? Esto es totalmente violatorio de la Carta Magna ¿Por qué un pensionado tiene entonces que recibir, en compensación por toda una vida dedicada a trabajar por Venezuela, una mísera pensión que no le alcanza para comprar, por ejemplo, un cartón de huevos. Fijense un litro de combustible cuesta 0,5 dólares, equivalente a unos 12 “coma algo” de bolívares; pero el pensionado recibe 130 bolívares que significan 5 “coma algo” de dólares cada mes. Es decir, que un pensionado no puede tener vehículo. No puede comprar medicinas, debe verse en la disyuntiva de comprar la medicina de la tensión, del colesterol, de la diabetes,o comprar algo para comer porque la pensión no alcanza para todos los gastos. En fin, un pensionado está jodido, y cada vez se le hace mas difícil paliar su situación, de allí la desesperación reflejada en estos días en marchas y manifestaciones de pensionados.

Caso aparte es la justa lucha del gremio magisterial que también sufre los embates de unos salarios de hambre, los maestros venezolanos se han plantado valientemente ante una revolución a la que tienen años reclamando un nuevo contrato colectivo que los lleve a mejorar sus paupérrimos salarios.

En la mayoría de los países del planeta los educadores  son las personas mejor pagadas, sin ir muy lejos,aquí en Venezuela antes de los años de revolución era así, un maestro en la mas recóndita escuelas del país le alcanzaba el sueldo para mantener a su familia, y hacer profesionales a sus hijos. Ejemplos hay muchos.

Las luchas y justos reclamos por un mejor salario continuarán, los empleados públicos, el gremio medico, los policías.

Hasta que el gobierno no entienda que hay que rebajar el gasto publico que hoy se desborda en asuntos innecesarios o en temas que el sector privado pudiera asumir, que hay que terminar con la inmensa burocracia nada productiva, devolver los bienes expropiados que solo generan gastos y así desligarse de esas nomina. Mientras no  entiendan que debe hacer cambios que conlleven a atender las necesidades de la gente, los conflictos seguirán a la orden del día.

El presidente Maduro ha admitido muchas veces, tratando de dar tranquilidad al ciudadano, que  ha habido algunos problemas en lo económico. Lo cierto es que admite, pero no cambia las políticas que crearon esta crisis de pobreza, con lo cual, sin decirlo, seguirá por el mismo camino.

El hambre y la miseria que deambulan en las calles, pueblos y caseríos de mi país ya no saben de colores partidistas ni de ideologías políticas, es un problema que debe ser atacado con urgencia.

Marco Antonio Villarroel F.