Por: Franklin Martínez

20 años de ensayo y error, más error que ensayo, así ha dirigido el gobierno la economía y muchos otros aspectos de la vida nacional. Las consecuencias de este improvisado comportamiento las sufrimos los venezolanos cada día, el manejo de las relaciones internacionales en general y bilaterales con países vecinos no ha sido la excepción.

El fracaso en materia de relaciones comerciales con otros países del mundo tiene, entre sus principales razones, que son conducidas bajo el criterio de coincidencia ideológica y no del interés y conveniencia real para la Nación y los ciudadanos; sin visión de Estado, han hecho gran esfuerzo por fortalecer el comercio con países Gobernados por los «panas», mientras se han peleado con importantes y potenciales socios comerciales para la República, porque sus gobiernos tienen líneas ideológicas distintas.

Capítulo aparte requiere en esta tema, el lobby realizado por voceros de un sector de la oposición que promovieron (y aún promueven) sanciones y bloqueo internacional, contribuyendo de esa forma al aislamiento comercial de nuestro país, está actitud antinacionalista también tiene como criterio de alianza, coincidencias ideológicas, intereses particulares y no el interés supremo de Venezuela.

En ese escenario, la República tiene relaciones internacionales intermitentes con países latinoamericanos, dependiendo de la tendencia política que gobierne en tal o cuál nación en el momento, generando una dañina inestabilidad en las relaciones comerciales internacionales, por ello reclamamos un cambio absoluto en su manejo, cómo lo hacemos en muchos otros aspectos de la vida social del país.

Por esas circunstancias político electoral de otros estados, y no por razones institucionales y de bienestar del pueblo Venezolano, se ha logrado en los últimos meses una mejoría de relaciones con el gobierno de Colombia que permitió la apertura de la frontera, y con quien se acaba de suscribir un importante Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones y se retomo un segundo: Acuerdo de Alcance Parcial de Naturaleza Comercial N.º 28, este último con más de una década de vigencia pero interrumpido por las ya expuestas razones políticas y como consecuencia de la exportación de la nefasta polarización.

Por el bienestar de nuestra patria celebramos ambos acuerdos, sin que ello implique dejar a un lado nuestro reclamo por un profundo cambio en la política internacional del país, aspiramos que con las garantías jurídicas y las bondades aduaneras de estos acuerdos, el ciudadano común pueda sentir algún cambio positivo en su esfera particular; el acuerdo retomado (en esencia un Tratado de Libre Comercio) posee en sus anexos una larga y variada lista de productos que podrán ingresar con pocas trabas al país, cómo alimentos, medicinas y productos de higiene, que hace un par de años lo hacían de contrabando a través de las trochas; y que los pocos empresarios y productores nacionales aún activos puedan exportar a la hermana república con las mismas facilidades; que todo ello redunde en actividad económica y empleo para nuestras ciudades fronterizas y el país en general.

En Soluciones para Venezuela deseamos cambio de conducción en el país, pero no formamos parte del concierto que desea hacerlo a costa del sufrimiento de nuestros hermanos. Por eso respaldamos esos acuerdos recientes, por creerlos en la orientación conveniente para la reactivación de la economía fronteriza hoy deprimida y estancada.

Estaremos atentos al desarrollo y ejecución de estos convenios internacionales, hoy, más que nunca, Venezuela necesita el trabajo y la buena fe de todos los factores nacionales.

Soluciones para Venezuela