Durante el primer Semestre de 2022 nos vendieron la consigna «Venezuela se está arreglando», pero paradójicamente por un lado veíamos un «crecimiento» en los comercios, más artículos en los supermercados, pero la gran mayoría de los venezolanos, «sobrevivíamos» con los mismos y devaluados sueldos y salarios, esos que no alcanzan para «comer bien» una semana.

Si, el salario mínimo que perciben los trabajadores públicos y pensionados en Venezuela, pasó de su equivalente en bolívares a 30 dólares en marzo de 2022 a poco más de 6 dólares en Enero 2023, ¿cómo hace una madre para alimentar, vestir, calzar y darle educación a sus hijos y hasta la de ella misma? Sin duda alguna las mujeres venezolanas nos hemos convertido en las verdaderas Mujeres Maravilla.

Cuando el creador de la famosa historieta en la cual una mujer, una amazona, tenía súper poderes para sobrevivir en un mundo cruel y donde abundan los «villanos», jamás pasaría por su mente que las mujeres de Venezuela, mi país, en estos momentos donde impera un sistema basado en el socialismo estuvieran enfrentándose a esos mismos enemigos.

Y es que muchos pudieran decir «ocurre en Venezuela y en cualquier parte del mundo», sí, es probable, muy probable, solo que en las condiciones socio-económicos que se presentan en Venezuela, producto de las malas políticas económicas y/o de gobierno en general, son irrepetibles en cualquier otro lugar del mundo.

Sin lugar a dudas, la crisis por la que está pasando nuestra amada Venezuela, tiene un impacto directo en el sector femenino, somos las administradoras del hogar, y por ende las que llevamos la peor parte de la carga, no solo nos afecta a nivel de familia, sino en nuestro crecimiento personal y hasta en el aspecto físico; generando un impacto psicológico.

Según un estudio realizado por «Integración Académica en Psicología», el 56,6% de las mujeres sufren de depresión o ansiedad; y en algunos casos, ambas, asociadas directamente a la sobrecarga de obligaciones y responsabilidades con pocas gratificaciones.

Hasta hace unas décadas atrás, el salir a hacer mercado, pasó de ser un momento de «relax», un evento de compartir en familia, de ver la alegría reflejada en los rostros de los niños al pedirle a su maravillosa madre que les compre una golosina; a convertirse un estrés total, a un momento angustioso y con mucha desesperanza, ya que debemos patear la calle en busca de los mejores precios, para que nos alcance «para algo» y no llegar con las manos vacías a casa.

Apenas una mujer puede adquirir los productos para la subsistencia de su familia, nada de golosinas ni sorpresas para los niños, muchísimo menos para su disfrute y arreglo personal, sí, arreglo personal, las mujeres seguimos siendo coquetas, y la mujer venezolana, es reconocida en el mundo entre otras cosas, por su belleza (belleza que cuesta, por cierto)

Otras Wonder Women de la actualidad, es esa juventud femenina que estudia y trabaja a pesar de las carencias, pero que cree en ella y en lo que desde su formación puede aportar a la sociedad y al desarrollo de su país.

Esas muchachas que aunque nacieron y crecieron sin los privilegios y oportunidades que las de unas décadas atrás, se interesan por ser líderes dentro de sus comunidades porque gritan cambio.

Desde Soluciones para Venezuela, un partido que se ocupa de los sectores más vulnerables del país tenemos las propuestas necesarias para salir de esto. Una acción política que impulsamos, son las Mesas de Enlace, Participación y Soluciones, una herramienta que nos permite de forma organizada conocer los problemas de las comunidades, involucrar a todos los factores y servir de enlace con los entes gubernamentales.

Les proponemos a todas las mujeres se organicen de acuerdo a las necesidades propias de cada región y/o comunidad, para elaborar un gran plan de acción donde gestionemos las SOLUCIONES directamente a nuestro sector.

Éstas iniciativas deben contar con la participación de todas, sin distinción política; proyectos autosustentables que nos permitan mejorar no solo nuestra calidad de vida, sino la de todo un colectivo. En ellos podremos involucrar empresas privadas, entes gubernamentales, y todos aquellos que puedan de alguna u otra forma apoyar estas iniciativas.

También es importante que incluyamos y comprometamos a las escuelas, ya que ellas están vinculadas directamente con nuestras comunidades, que los Proyectos de Aprendizajes (PA) estén de alguna manera enlazados con lo que se quiere lograr en la comunidad.

Como venezolanos, también tenemos un compromiso con nuestro país, y si todos nos unimos en un mismo sentir seremos parte de la solución, y escribiremos un nuevo capítulo en la historia de Venezuela.

Vamos juntas a trabajar por el cambio para bien, el que merecen las generaciones que se nos han encomendado, pero sobre todo, la importancia que todas las mujeres nos llenemos de sororidad y motivemos a otras a participar y a ser actores principales en la construcción de esa nueva sociedad.

Alba Aurora Martel

Soluciones para Venezuela