Para que la ciudadanía crea en sus dirigentes es indispensable que sus acciones se orienten hacia objetivos concretos y, especialmente, que haya coherencia entre el discurso y la acción, entre el dicho y el hecho.

Durante 4 años llevaron al país sin rumbo con la falsa idea de que con la abstención el mundo deslegitimaría a Maduro y se iría de la presidencia al mes siguiente. Tamaño engaño le hicieron al país. Luego, ellos mismos, venezolanos, pidieron que nos invadieran fuerzas militares extranjeras. ¿Pudiera existir traición más grande? Y no conformes con eso reclamaron y tramitaron sanciones económicas que solo perjudicaban al pueblo de a pie, al más humilde, al más vulnerable. Todos sabemos dónde viven y como viven los que pidieron las sanciones. Como también sabemos dónde viven y como viven los impulsores de la mal llamada Salida.

La falta de rumbo y, fundamentalmente, la inconsecuencia entre lo que se dijo y lo que ahora se hace son el mayor acto de incoherencia política que pueda existir.

Cuando ves que ahora con el mayor desparpajo y sin ningún tipo de vergüenza marchan hasta el CNE (que en otrora decían que era ilegitimo) solicitando fecha de elecciones; cuando uno que se sigue llamando diputado, de una Asamblea Nacional que ya feneció en 2020, que fue gobernador electo y dejo al pueblo que lo eligió guindando y desamparado, aspirando ser presidente; o una que dice que participará en primarias pero sin el CNE, pregunto yo: ¿Y si gana las primarias qué va a hacer? ¿Se retira porque ese CNE es el que va a coordinar las elecciones?

Todas esas contradicciones entre lo que se dijo antes, con lo que se hace ahora son la razón principal por la que sufren hoy la repulsa popular, precisamente la falta de coherencia entre su discurso de otrora y sus aspiraciones de hoy no hace más que ratificar su caradurismo, su desfachatez y que se convirtieron en los garantes del continuismo del gobierno, y lo peor, sin ruborizarse siquiera.

Está bien, no se disculpen con el país, como no lo han hecho ni lo harán, pero cara……. Explíquenle a la gente ¿porque ayer no, y mañana si?

La incoherencia de los dirigentes políticos del G-4 se pone en evidencia cuando sus ideas y su discurso se confrontan con sus actos recientes, y confirma una vez más que, a pesar de la campaña millonaria de insultos, ofensas e improperios en contra de los que llamábamos a votar, alzamos nuestra voz en contra del bloqueo económico y nos declaramos patriotas ante la pretensión de una invasión militar extranjera teníamos las razón, y que siempre le hablamos con la verdad al país

La necesidad de un cambio la rodearon de falsas promesas y crearon una gran expectativa en el pueblo, que no pudieron satisfacer. No cumplieron.
Mientras tanto, algunos de ellos se encargaban de acabar con Monómeros y CITGO, pero ahora nadie fue, se echan la culpa unos a otros. Manejaron cifras mil millonarias con el tema de la ayuda económica y nadie ha rendido, ni rendirán cuentas, se dieron cuenta de “que no es lo mismo verla venir que bailar con ella”.

Así, la incoherencia demostrada y las falsas promesas han hecho que la euforia y el optimismo se hayan convertido en desencanto y decepción, lo que sin duda alguna afecta negativamente la valoración de los ciudadanos sobre la política, y su confianza en la democracia. Nos toca a los verdaderos demócratas avivar esa confianza en el poder del voto.

Como dijo el escritor y político uruguayo Danilo Astori:

”La política es una actividad noble. Tenemos que defenderla de aquellos que la desprestigian, porque ellos son los que no quieren cambiar la realidad”

Marco Antonio Villarroel F.

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