Creyentes en la democracia, en una Venezuela abierta, en una sociedad donde los actores busquen la mayor potencialidad y en la cual se permita el desarrollo espiritual, personal y colectivo de sus miembros, la mayoría de los venezolanos de bien estamos conscientes de que el pueblo no aguanta más aislacionismo.

Venezuela está cansada de que solo se impongan los personalismos, la defensa de lo grupal. El país demanda una nueva agenda política, porque la actual está preñada de rencillas personales, de odio, de cuentas por cobrar.

El ciudadano quiere de su liderazgo, en cualquier componente de su sociedad, ejemplo de reconciliación, que cese el enfrentamiento y que se recupere el tiempo perdido por tanto disentimiento.

El país está claro que este modelo político-económico colapsó, como está demostrado en todas la proyecciones de organismos internacionales. ¿Que nos queda? ¿Cruzarnos de brazos?
NO, la constitución nos da una extraordinaria herramienta para generar los cambios. EL VOTO.

Debemos organizarnos como sociedad, pero una sociedad integrada por instituciones no gubernamentales, los partidos políticos, la iglesia, los sindicatos, las organizaciones empresariales, las asociaciones de vecinos, las fundaciones y los particulares, todos con un solo propósito, triunfar en las elecciones parlamentarias que por mandato constitucional deben realizarse este año.

Ese debe ser nuestro norte y echar al traste de una vez por todas esa fantasía abstencionista que no nos ha llevado a nada.

La base fundamental de ese logro no debe ser otra que estimular que cada venezolano desempeñe su rol con visión clara de futuro y sentido de respeto por los demás.

Por eso hay que votar. Es la única vía.

Hagámoslo por Venezuela.

¡Valor y pa’lante!

Marco Antonio Villarroel F.

Director Político Nacional de Soluciones para Venezuela

Caracas 29 de Junio de 2020