La fuerza de un pueblo está en la conciencia de sus derechos, pero también en la conciencia de sus deberes. Esta es la comprensión de que Venezuela debe iniciar otra época histórica, y para que en verdad haya un salto cualitativo en la interpretación del país, en el conocimiento de sus realidades y posibilidades, todo venezolano tiene una tarea por cumplir. Desde el más modesto de nuestro compatriota, hasta el más preparado, esté donde esté, el país nos necesita a todos, nos necesita unidos, cohesionados, blindados para que se pueda iniciar el cambio.


El viaje hacia un mejor y próspero país debe continuar, con la misma brújula, con el mismo destino, pero con una nave más grande y un giro de timón, una nave donde nos embarquemos todos los venezolanos de bien.


Venezuela no puede seguir viviendo como si fueramos una nación a punto de perecer. Es verdad, tenemos miles de problemas, pero debemos trabajar duro para buscar las oportunidades que nos lleven al cambio, el país nos lo pide a gritos. Debemos buscar ser la luz del día en esta horrible oscuridad, ante un pueblo lacerado por el extremismo, la arrogancia , la prepotencia y la maldad.


La intransigencia y el fanatismo nos han enseñado que sólo traen dolor y frustración. Tanto la justicia, la libertad y la paz son cosas por las que tenemos que luchar todos los dias para conquistarlas. La lucha por esos ideales no termina nunca. Mantengo viva la esperanza y mi espiritu de lucha por las vías democráticas. Hagamos nuestra la frase de Benjamin Herrera «La patria está por encima de los partidos«.


Hagámoslo por Venezuela, por nuestros hijos y por los nietos por venir.

Valor y pa’lante