Cuánta tristeza produce ver cómo nuestros hermanos huyen del país en busca de oportunidades de superación que, consideran, no tienen en Venezuela; su padecimiento en otros lares, la tristemente conocida selva del Darién, la expulsión de los EEUU y pare usted de contar, son el reflejo del fracaso de la clase política que dirige a los polos extremistas que después de 20 años de enfrentamiento por el poder han dejado un saldo deudor para con el pueblo Venezolano.
Error tras error, acciones contrarias al interés nacional, destrucción y desconocimiento de la institucionalidad de la República, quiebra de PDVSA, sanciones, poca inversión en la reactivación de la producción agropecuaria, inestabilidad política, pésimos servicios públicos, son algunas de las causas que nos trajeron a este punto obscuro en nuestra historia.
El extremismo jamás da buenos resultados, tristemente nuestra Venezuela es hoy la comprobación de esta aseveración; luego de que nuestra empresa petrolera, principal motor de la economía hace unas décadas atrás, fuese una de las más exitosas empresas del mundo, su politización y conversión en caja chica para promover proselitismo político, fue reducida a su mínima expresión, pese a tener la mayor reserva petrolera del mundo
CITGO, otra importante empresa Venezolana, cuyos ingresos también ayudaban a sostener nuestra economía monoproductora, fue ilegalmente entregada al Gobierno de los Estados Unidos, como pago por sostener, durante un tiempo, la fantasía del Interinato.
Las expropiaciones y sanciones ahuyentaron la inversión nacional y extranjera, generando desempleo, el Estado se convirtió en el gran patrón del país y quedó condenado a reducir su campo de acción, al punto de ser, fundamentalmente sólo «pagador de nómina», las obras públicas de envergadura fueron paralizadas y abandonadas
Como consecuencia de este pésimo actuar vino el deterioro de la educación y la salud, la infraestructura en estas áreas, destruida, el personal, mal pagado, opta por irse del país, en los hospitales públicos es difícil conseguir hasta una inyectadora
Como expresión del extremismo se ve con frecuencia a voceros de ambos polos acusándose los unos a los otros de la situación y auto exculpandose, por supuesto; sin embargo sólo se reconocen los unos a los otros, para un extremo solo existe el otro y viceversa, y han logrado convencer a muchos venezolanos de que están obligados a optar solo por uno de ellos, eso también forma parte de la tragedia
Quienes intentamos construir una opción distinta, que permita a los Venezolanos buscar liderazgos con visión diferente hemos sido satanizados para algunos sectores del país y cada día ponen mucho empeño en hacernos invisibles.
En Soluciones para Venezuela no deseamos que nuestros compatriotas se sigan yendo del país, para ello hay que superar la crisis, pero eso no será posible mientras sigamos bajo el protagonismo dirigencial de la misma clase política que hundió al país en el hoyo
Cada día luchamos por construir una Venezuela cuyo Estado garantice oportunidades de futuro a los Venezolanos, no que los haga huir, hemos planteado la necesidad de hacer un esfuerzo colectivo, desde todos los sectores de la sociedad, para reconstruir la economía, sin venganza ni odios, sin parcelas, esa acción urge en este momento, no podemos esperar hasta tocar fondo para reaccionar
Reiteramos nuestro llamado a la Unidad Nacional, la de la gente, la del pueblo, para dejar atrás estos cogollos que destruyeron la nación y buscar soluciones efectivas a los problemas
Invitamos al pueblo Venezolano a acompañarnos en esta lucha por recuperar el País, para cambiar la cultura del odio y la confrontación política por la que dé Soluciones, la que nos una como Venezolanos.
Franklin Martínez
Soluciones para Venezuela