La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 104 «que la educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica, y que el Estado estimulará su actualización permanente y garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente». Si consideramos el déficit, que se ha acentuado en los últimos años, tanto en calidad como cantidad en el sector docente, podemos decir que lo dispuesto en este articulado de la Constitución Nacional se ha convertido en letra muerta.
El estudio del Diagnóstico Educativo de Venezuela 2021 (DEV), desarrollado por el Centro de Innovación Educativa (CIED) de la Extensión Social Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), revelan que para 2021 la plantilla total de docentes en el país alcanzó los 502.700, es decir, 166 mil profesores menos (-25%) que los 699.000 que trabajaban en las escuelas y liceos del país para el año 2018.
Situación delicada, agravada debido a que el 40% de estos docentes han emigrado del país. El impactó del éxodo forzado de los docentes venezolanos se hace más complejo.
Hoy continúan presente en las aulas, algunos docentes con vocación, comprometidos con el ejercicio mientras que otro grupo de educadores carecen de una visión de actualización y superación, que les hace olvidar la función primordial de un educador, debido a la deficiente formación de orden deontológico, ciudadano y humanista que han recibido
El deterioro de las condiciones económicas hace que los salarios de los docentes hayan dejado de ser competitivos desde hace ya mucho tiempo.
Actualmente el sueldo de un docente Nivel 1, con dificultad le permite cubrir entre el 20% y el 30% de la canasta básica. En estas condiciones nuestros educadores ven utópico alcanzar una calidad de vida que les permita vivir con dignidad mediante su profesión.
En consecuencia, se proyecta un aumento en el déficit de educadores ante la ausencia de planes de formación de una generación de relevo que asuma un proceso educativo cambiante que se está haciendo más exigente.
Para la Dirección Nacional de la Mujer sigue siendo preocupante la situación actual en que se encuentra la educación en Venezuela, considerando que de la educación que reciban dependerá su desarrollo y futuro,por ello insistimos en pro del mejoramiento de nuestros docentes en su preparación.
Exigimos al Estado que debe hacer frente a este asunto para responder a la necesidades de docentes en las diferentes áreas de conocimiento. Está atención pasa por el fortalecimiento de entes de formación docente como la UPEL y el resto de las Instituciones Universitarias.
No se puede perder de vista que está ocurriendo en los centros de formación docente del país. Es necesario garantizar la estabilidad en el ejercicio de este pilar fundamental, hacer de la profesión docente una carrera atractiva y digna en Venezuela.
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Dirección Nacional De La Mujer
Nirosqui Hernández