Este año 2021 llegarán al final de su período los gobernadores que fueron electos el 15 de octubre de 2017 y los alcaldes que resultaron triunfadores en las elecciones del 10 de diciembre de ese mismo año.

Ya entraron en el cuarto año de su gestión y los residentes de cada estado y municipio tienen suficientes elementos para considerar si esos funcionarios merecen continuar al frente de sus responsabilidades por otro período de cuatro años o si, por el contrario, el desempeño que han tenido ha estado por debajo de las expectativas de la población y de los requerimientos del cargo.

Así como en barrios y caseríos, pequeños pueblos y grandes ciudades, los venezolanos se congregaron al calor de las convocatorias de partidos y candidatos que con sus promesas convencieron al electorado para que los hiciera gobernadores y alcaldes, ha llegado el momento de reunir a esas mismas comunidades para evaluar las gestiones de aquellos a quienes se encargó la tarea de mejorar la calidad de vida en cada una de esas regiones y municipios.

Desde Soluciones para Venezuela organizaremos jornadas de evaluación de esas gestiones. ¿Funcionaron los cuerpos policiales con eficiencia y transparencia? ¿Brindaron a la población seguridad, tanto personal como a sus bienes? ¿Fueron capaces de construir las vías terrestres que los estados requerían? ¿Dieron mantenimiento a las carreteras y autopistas existentes? ¿Fueron atendidos debidamente los servicios públicos en los vecindarios de cada municipio? En fin, ¿cumplieron con las tareas a las que la Constitución los obliga?

Ese balance del trabajo realizado debe igualmente indagar sobre los procedimientos administrativos empleados por los titulares de esos cargos en relación al reclutamiento y contratación del personal. ¿Se contrató a personas calificadas para las responsabilidades que desempeñarían o el criterio de selección de personal obedeció a preferencias partidistas o a prebendas familiares del liderazgo de turno?

De la misma manera que los electores ofrecieron generoso apoyo hace cuatro años, ahora tienen el derecho a aprobar o reprobar el trabajo de quienes recibieron su respaldo.

Por otra parte, este año de campaña electoral debe enriquecerse con la presentación de proyectos de desarrollo regional y de recuperación, mantenimiento y mejoramiento de los servicios públicos.

Hay expectativas diversas en el electorado. Estados de vocación y tradición agropecuaria; estados fronterizos; estados de gran potencial minero; estados turísticos; estados con complejas ciudades universitarias; estados industriales; estados que viven procesos de conurbación y gran congestionamiento urbano. Cada una de esas realidades debe ser atendida en la campaña electoral con propuestas que nutran el debate, brinden soluciones y señalen rumbos de esperanza para el país.

Sería una pena que el único mérito de un candidato se limite a ser postulado por el partido de gobierno o por la revolución, como se le prefiera llamar, o, por otra parte, estar de candidato de un partido de oposición o de una alianza de varios de ellos.

De ser así, la campaña sería muy pobre y no haría sino abonar al esquema de confrontación que tanto daño ha hecho a nuestro país mineralizando un sistema de polarización extrema que se esmera en la descalificación del contrario mientras poco aporta en soluciones concretas a las necesidades de todos.

Aspiramos una campaña electoral distinta, que evalúe con fundamento estos cuatro años de gestión de aquellos a quienes se les vence su mandato, y que sirva para analizar con detenimiento planes y programas que los candidatos aspiren a poner en ejecución.

Queremos otra forma de hacer política.

Claudio Fermín

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Publicado en Ciudad CCS el 25 de enero de 2021.