La omisión legislativa solicitada no es más que el resultado de la desidia de quienes han apostado por acabar con con la única y verdadera arma que nos da la Constitución cuando queremos promover cambios políticos: EL VOTO.

Los que hicieron de la abstención su bandera y su modus vivendi, dejando atrás la política, no tienen otro fin que no sea acabar con la institucionalidad del voto, ofreciendo desde Venezuela, Bogotá, Madrid, Washington y muchos otros lugares del mundo salidas llevadas por atajos, fantasiosas, falsas, violentas y anti nacionalistas como sus reiterados llamados a invasión de ejércitos extranjeros y la aplicación de sanciones económicas que en realidad sólo han perjudicado aún más la ya devastada economía del país.


Dejaron atrás la política y el debate democrático de ideas por el camino fácil. «Que alguien me ponga en el poder sin necesidad de contarme en la urnas electorales». Es así, sencillamente no quieren elecciones.

La designación de un nuevo CNE que genere confianza en los venezolanos abona el camino y será de enorme beneficio para los que creemos en la institucionalidad del voto, para los que creemos en el voto como instrumento de cambio.


Este año, por mandato constitucional deben realizarse elecciones parlamentarias. La designación de un nuevo CNE que sepa generar la confianza suficiente para que el pueblo salga en forma masiva a ejercer su derecho, será un buen inicio al camino de reconciliación que necesitamos los venezolanos. En eso nos empeñaremos y a eso apostamos.

Marco Antonio Villarroel
Caracas 05 de Junio 2020