La polarización política en Venezuela en los últimos 20 años ha sido una trampa bien orquestada que se ha llevado por delante varios intentos y posibilidades de crecimiento de posiciones equilibradas y de centro democrático. Con sus extremismos las élites han arrasado en su disputa por el poder, no prestan atención, no producen entendimientos, ni declinan, para resolver los urgentes problemas y carencias que viven los ciudadanos.
El gobierno orquestó muy bien esta trama y bajo el supuesto de que «esta es una lucha entre la revolución y la contrarrevolución», «entre la quinta y la cuarta república”, «entre los pobres y los ricos» o «entre buenos y malos”. Logró estimular el odio y el resentimiento social, obteniendo de ello buenos resultados, incluso electorales, reformando a su antojo las leyes para enquistarse más en el poder. Fue tan «exitosa» esa perversa política de la polarización que hasta los sectores de la oposición tradicional, desde los tiempos de la coordinadora democrática hasta la MUD, la copiaron con tal exactitud que pasados 20 años de recia lucha en el el país, ambos polos, gobierno y oposición tradicional disfrutan y pretenden seguir cabalgando en esta estrategia maligna que desconoce la existencia de otros pensamientos, propuestas y liderazgos diferentes a ellos, que ya se parecen mucho en su comportamiento elitesco, descalificador, estimulador del odio y el desconocimiento del otro y de tener solo ansias de obtener el poder en sí y para sí, porque en su lucha intestina y fratricida han sido incapaces de darse una tregua y producir acuerdos que permitan resolver problema graves que sufre la gente tales como la falta de apropiada alimentación, medicinas, buenos salarios, empleos productivos, diaspora y otros de graves consecuencias. Incluso electoralmente ambas tendencias han disfrutado de esa «trampa cazabobos» que es la polarización, llevándose todos los cargos de representación popular vulnerando y desconociendo en la práctica a las minorías políticas del país.
El capítulo de la polarización 2019 ha mostrado a las élites políticas de Miraflores y la AN, cuales amos y señores de esas instituciones que pertenecen a todos los venezolanos, en un torneo de odio, intolerancias, segregación, revanchismo, venganza, exclusión y descalificaciones que se ha hecho imposible, por no quererlo ninguno de los dos, acercamientos para resolver los problemas del país hoy tan falto de institucionalidad y entendimiento. Después de varios episodios fallidos de violencia y represión protagonizados en su mutuo afán por exterminarse y producto de la presión internacional, se instala el dialogo de Noruega-Barbados, siendo para ambas partes un saludo a la bandera, ni siquiera informaron al país de que hablaron. Este año afortunadamente se ve una luz en el túnel, ha surgido y toma cuerpo en amplios sectores de la sociedad en los últimos 10 meses, una tendencia ciudadana con partidos politicos entre los que se cuentan el MAS, Cambiemos, AP, BR, REDES y SOLUCIONES PARA VENEZUELA, intelectuales democráticos y diferentes hacedores de opinión, que se ha activado para bajarle el copete a la polarización y a las estrategias inmediatistas y violentas, crece la opinión de volver a la política de altura para producir los cambios y encarar los grandes problemas del país, es mas común ahora oír voces cuestionando las sanciones económicas a Venezuela y solicitando participar en los procesos electorales, habida cuenta que la abstención no cooperó en nada para lograr los cambios ya que el oficialismo se quedó con el 97% de los cargos de representación popular en los años 2017 y 2018 y el diálogo como forma de lucha civilizada tiene amplio respaldo en los estudios de opinión y mas aún cuando se observan resultados positivos de la recién instalada «mesa de diálogo nacional», huelga decir la vuelta del PSUV a la AN como paso previo para salir del desacato mal decretado por el TSJ, la liberación hasta ahora de 29 presos políticos y la posibilidad cierta de tener desde el parlamento un nuevo CNE.
Soy de los que piensa sin lugar a dudas que la polarización, de la que solo se han beneficiado las cúpulas del PSUV-MUD por igual, ese espejismo que tanto daño le ha hecho a la política democrática, hoy por hoy ha sufrido severos reveses ante la alerta, activación y el giro de amplios sectores del país hacia el equilibrio y el centro democrático que se requiere para reencontrarnos y reconciliarnos ante la gran preocupación que genera seguir escuchando tercamente los insistentes tambores de la guerra tocados por quienes claman a gritos por un golpe de estado o una intervención militar extranjera para deponer al gobierno o por quienes desde el poder reprimen, persiguen, torturan y encierran a muchos como presos políticos.
Venezuela no merece seguir lanzada a ese despeñadero ni a la sin razón. Como gente de bien y de sueños de progreso colectivo, estamos llamados a seguir poniéndole peso en el ala a la tramoya de la polarización política para que se caiga y con ello estimular el debate amplio y el fortalecimiento del pluralismo y la diversidad que representamos y con apego a la constitución construyamos un Gran Acuerdo Nacional para que juntos salvemos a Venezuela de este derrotero y busquemos senderos de prosperidad y libertades.
¡Esto tiene solución!