Por Miguel Vásquez

El sueño, la aspiración de todos los venezolanos es tener un país con bienestar y progreso para sus ciudadanos, con instituciones autónomas y democráticas, con excelente producción de bienes y servicios, con una Fuerza Armada dedicada a defender la frontera y la soberanía nacional. Además aspiramos tener un gobierno nacionalista y una oposición crítica, construcctiva, que aporte soluciones al país y que también sea contrapeso institucional a quienes gobiernan.

Por esas razones fundamentales, casi todos nos hemos entregado a la política como ejercicio profesional principal de nuestras vidas.

Las diferentes visiones ideológicas y pensamientos políticos, jamás y nunca deberían ponerse por encima de los intereses de la nación.
Siempre Venezuela y su gente han de ser primeros.
He allí una definición medular, de principio, que nunca deber ser desechada a un lado, sea cuál fueren las circunstancias que nos circundan.

En ese sentido, las próximas elecciones presidenciales ofrecen la necesidad y posibilidad imperiosa de producir, por la via electoral, un cambio en la conducción del país. Constitucionalmente éstas están pautadas para el año 2024, quizás a finales del mismo.

Si fueran pronto, no habría tiempo de recomponer en un gran espectro unitario y nacional, a las muchas y no menos importantes fuerzas políticas y sociales, que al gobierno nos oponemos.
Recomposición y aglutinamiento de corrientes diversas, pero que supone un necesario debate y entendimiento, para unificarnos alrededor de un programa de unidad nacional, que sea síntesis de supremos intereses para el país en esta circunstancia concreta que vivimos.

En esa materia sabemos de las grandes diferencias programáticas existentes entre sectores que únicamente tenemos la coincidencia de ser adversarios del poder actual, razón por la que hemos tenido visiones y comportamientos diferentes de cómo hacer oposición en los últimos cinco años.

De manera reiterada e interesada desde el gobierno y un sector de la oposición, se insiste en «vender» la engañifa de la interesada polarización política, con violencia incluida.
Las famosas expresiónes estás conmigo o estás contra mi, eres blanco o negro, como el método especial para dirimir diferencias, incluso en el camino electoral, es dañino para la convivencia y el pluralismo democrático. Eso desconoce los diversos pareceres y propuestas sobre cómo salir de la crisis, descalifica y segrega a quienes no estamos, por convicción, en algunos de esos extremos.

Se quiere convencer y obligar a la gente de que si no estás con el extremo del gobierno eres un apátrida y si no estás con el extremo opositor del G4, eres un vendido colaboracionista

Incluso en el terreno electoral, ambas élites polarizadas, para descalificar a quienes con sobradas y explicadas razones con ellos diferimos y estamos organizados y promovemos la convivencia y el diálogo para transitar ese camino de participación electoral en el 2024, venden el manido y mentiroso argumento de que solo se ganaría, si a ese proceso electoral de 2024 solo asisten dos candidatos:
uno por el gobierno y sus corrientes y otro por la oposición.

De este modo se desconoce las diferentes corrientes existentes en el seno tanto del sector gobierno, como en el seno de la oposición.

Como que si no existieran experiencias en el mundo y concretamente en Venezuela y a ella apelamos, donde con la participación democrática y plural de varios candidatos, el pueblo otorga preferencia y la victoria a quien con unidad, mística, organización, propuestas programáticas en favor del país, trayectoria probada como venezolanista sincero y carisma natural, elementos todos bien conjugados para una contienda presidencial.

Afortunadamente aún hay tiempo.
Faltaría un año y cinco meses si las elecciones presidenciales fueran a realizarse en Diciembre de 2024.
Eso no está a la vuelta de la esquina como algunos ilusoriamente quieren vender, para justificar su inmediatismo y aparentar ser los dueños y únicos opositores.

Siempre me he colocado en oposición a este gobierno, incluso antes de triunfar en 1998.
Con argumentos políticos, con un profundo sentimiento nacionalista, en contra de las sanciones que perjudican la economía del ciudadano comun. En esa oposición milito. Siempre de frente contra la corrupción, contra las injusticias y lucho por un mejor país.
Allí siempre me encontrarán.

Hay tiempo para el entendimiento sincero, para conversar, explorar caminos unitarios y de alianzas entre quienes vemos la política venezolana desde la óptica del diálogo y el entendimiento incluyente, la participación electoral, el camino no violento para lograr los cambios. Unirnos para impulsar la reactivación económica y no para promover las sanciones ni el bloqueo económico. Juntarnos contra la corrupción. Defender la soberanía nacional y condenar la injerencia extranjera y hasta invasionista.
En fin lograr la reconciliación de los venezolanos.

Hay tiempo suficiente para seleccionar candidatos que deben surgir, a mi modo de ver de un debate franco, abierto y lleno de sinceridad y optimismo, con métodos democráticos para ponernos de acuerdo y enarbolar un programa de gobierno para resolver problemas estructurales de la nación.

En Soluciones Para Venezuela, la patria grande es nuestra gran coincidencia, por eso nos juntamos para fundar este hoy nobel partido y buscamos más afines con quienes seguir este camino.

Aquí dejamos algunos elementos primarios para esa búsqueda de un programa común en favor del país

  • Reimpulso de nuestra empresa petrolera. Más exploración, explotación, producción e industrialización, sin necesidad de privatizarla, lo cual no impide alianzas estratégicas en algunas áreas, manteniendo la mayoría accionaria para el estado venezolano.
  • Reactivación económica con participación del capital nacional e internacional, pequeño, mediano y grande.
    Siempre respetando las leyes y los planes de desarrollo concebidos en nuestro país.
  • Que las instituciones que sustenten a la nación, sean imparciales y sin influencias partidistas en su funcionamiento para que den confianza y seguridad jurídica a todos por igual.
  • Reconciliación urgente entre los connacionales. Una ley de amnistía general que ayude en ese proceso de reencuentro y respeto entre los ciudadanos, no importando sus credos políticos, religiosos o posición económica.
  • Una política internacional desde el gobierno, que sea de amplitud y respeto entre las naciones, propiciando relaciones diplomáticas y económicas, sin permitir ni asumir injerencia extranjera alguna.
  • Rescate y protección de activos de Venezuela en el mundo, para disfrute de la nación y no de algunas facciones.
  • Apostar todo para el avance de la educación, a todos los niveles, como la más importante palanca para promover el desarrollo en el corto, mediano y largo plazo.
  • Salud preventiva y curativa para el pueblo. Equipamiento total a hospitales y ambulatorios.
  • Modernización de la infraestructura hospitalaria.
  • Política salarial vinculada al necesario aumento progresivo de nuestra capacidad productiva en el país, para lo cuál hay que fortalecer la industria petrolera y otras empresas estratégicas del estado y dar posibilidades reales a los privados para que crezcan y ganen suficiente, para que puedan pagar bien a los trabajores, quienes tienen sentirse permanentemente en crecimiento personal, familiar y en conocimientos técnicos y profesionales.

Es posible promover debates de cara al interés nacional, así como tambien es posible, encontrarnos y unirnos los de pensamientos afines. Trabajemos en esa dirección.
Por Venezuela!!
Atte Miguel Vásquez
Cumaná 23 de Julio 2023